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26 junio, 2020

INNOVACIÓN O EXPLOTACIÓN

Obtener recursos para invertir en innovación e investigación puede ser una tarea compleja dado que no es posible comprometerse con resultados en un tiempo definido. Así pues, para las compañías es más fácil decidirse por inversiones más fiables cuya sensación de riesgo les haga sentir más cómodos.

Repetir una y otra vez lo que ya se hace bien suena más cuerdo que apostar por algo que podría o no dar los resultados esperados. Sin embargo, esta es una posición peligrosa y puede ser más riesgoso en el largo plazo seguir explotando lo que ya se hace bien, que lanzarse en la búsqueda de nuevas opciones, aunque haya que vivir con algo de incertidumbre.

Thomas Edison (con su corriente directa), Blackberry y Blockbuster, son apenas tres ejemplos de lo que puede suceder cuando se deja de innovar para dedicarse exclusivamente a la explotación de productos y/o servicios que han sido exitosos. De hecho, ese éxito mal interpretado puede llevar a las compañías a una zona de comfort que les impida pensar en los riesgos de la competencia.

Pensar que lo que nos ha hecho exitosos hasta hoy nos permitirá seguir siéndolo mañana, es un error fatal si consideramos dos aspectos:

  • El mercado es un ser vivo que cambia, evoluciona y tiene nuevas demandas constantemente.
  • La tecnología ofrece a diario nuevas y mejores posibilidades.

Un nuevo actor del mercado que decida hoy crear un producto que compita contra el mío, tendrá una buena posibilidad de superarlo ya que contará con información fresca del mercado y una mejor tecnología. Seguramente obtendrá un producto muy superior en calidad y muy inferior en precio. La peor combinación que podría ofrecer la competencia en contra de mis intereses.

¿Nos volcamos a la innovación?

No se trata de convertirse en un laboratorio de tiempo completo, en hacer de la innovación una ley o una religión. Muchos proyectos se han perdido en ese mundo de la innovación por la innovación. Se trata de innovar con metas claras, establecidas con base en los valores que el mercado está esperando y que cambian cada tanto. No es innovación por moda o por satisfacer deseos particulares, es innovación práctica, hecha con el objetivo de darle a nuestros clientes las respuestas que están buscando, incluso antes de que hagan las preguntas.

Entonces, ¿innovar o explotar?

La respuesta es ambas en equilibrio. La convivencia sana en un ciclo constante entre la explotación de los productos y servicios que hemos desarrollado (que nos darán el apalancamiento económico) y la innovación que nos permitirá mantener la vigencia, enfrentar la competencia con mejores posibilidades y garantizar la continuidad de nuestro negocio.

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